Comunicarse ha sido una necesidad de los humanos desde que existen. Podemos distinguir dos tipos de comunicación, la que es directamente oral y la que es escrita. La tecnología resolvió la comunicación oral a distancia gracias a la invención del teléfono y la radio. El primero fue desarrollado por Antonio Meucci en 1854 y el segundo por diferentes personas (Marconi, Popov y Tesla) en diferentes lugares hacia finales del siglo XIX. Si os fijáis, la comunicación escrita, que tiene una serie de ventajas sobre la oral; tardó mucho más en ser resuelta por la tecnología. Hasta 1970, la forma de enviar texto a distancia era usando una radio o teléfono con un código (por ejemplo el MORSE) pero no era nada práctico para alguien experto usar ese tipo de comunicación. La solución era enviar un correo o una postal, un papel escrito, que llegaba a su destinatario.
Para poder dar solución técnica a la comunicación escrita hacía falta varias cosas previas que no eran sencillas:
Así que bueno, como veis la solución tardó en llegar pero en 1.977 por fin ya podríamos decir que empezaron a enviarse mensajes de correo electrónico o emails. La tecnología avanzó un poco más y se estandarizó en forma de tres protocolos: uno de envío (SMTP) y dos de recepción (IMAP y POP3) que con más o menos cambios han llegado hasta hoy.
Lo más curioso de todo esto, es que desde entonces, diría que es la única tecnología que sigue siendo una especie de estándar de base de todas las demás y que nunca pasa de moda. Todos los días, nada más despertarnos miramos el correo electrónico. Puede ser el personal, el de empresa o puede que los tengas mezclado.
También puede que uses Facebook, Twitter o Instagram; pero todas esas plataformas, te escribirán al email. Si algo hay en este mundo que todos usamos y tenemos si estamos dentro de la tecnología; es correo electrónico. Además, no solo lo tenemos, sino que probablemente no cambies mucho tu dirección de correo electrónico, así como podrás suponer, tener la dirección de email de tu cliente es algo básico para comunicarte con él.
Así que bueno, como os decía antes, tener el email de tu cliente es básico para comunicarte con él. Para enviarle una factura, para decirle que su pedido va a llegar tarde o para pedir que te haga una revisión para valorar tu tienda o directamente, enviarle un email para intentar venderle algún producto o servicio. Y es que siempre que tengas la dirección de email de tu cliente y él te haya dado su consentimiento para recibir comunicaciones comerciales tuyas, saber escribirle a tu cliente para comunicarle que has lanzado un producto nuevo que puede adaptarse a sus necesidades o que tienes un descuento en un servicio, puede ser el método más eficaz para llegar a él y conseguir tú tu propósito. Pero para eso, tienes que tener claro cómo escribir un email para vender. Te recomiendo que leas esa guía porque el email es una herramienta muy eficaz, pero no puedes errar el tiro y debes hacerlo lo mejor posible; para acertar a la primera.Nota: Hay una valoración incrustada en esta entrada, por favor, visita esta entrada para valorarla.
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